No hacemos lotes a medida. Todos son idénticos. Eso nos permite centrarnos en la calidad: toda nuestra carne se vende directamente a nuestros clientes. Todo el proceso de sacrificio, despiece y entrega se realiza ternera a ternera, ese ritmo es vital en la calidad de la carne en el momento de la entrega. Cada ternera se despieza y reparte en lotes exactamente iguales, que incluyen las siguientes piezas: solomillo, chuleta, filetes de primera y de segunda, churrasco, redondo, carne para guisar y picadillo. Con cada lote se entregan sugerencias de cocina para cada pieza.

Los lotes no sólo no son a la medida, sino que tampoco se entregan cuando el cliente los solicita. Se entregan cuando es el momento ideal para la carne. El ritmo no lo marcan nuestros clientes, sino nuestro ganado. Cada cliente, al hacer su pedido, pasa a una lista de espera. Y los animales se sacrifican en el momento en el que su peso, edad y características aseguran una carne excepcional.

Cada lote pesa diez kilos. El despiece se realiza siempre en la misma sala, y siempre bajo nuestro control directo. El corte de la carne influye decisivamente en su calidad para la cocina. En cada paquete se marca el peso exacto de la pieza.

También aquí, la calidad es nuestra guía. Realizamos el transporte en vehículos frigoríficos, garantizando así la integridad de la cadena de frío. La entrega se hace directamente al domicilio, previo aviso por teléfono. Las piezas, envasadas al vacío, están listas para su consumo o congelación. En el etiquetado de cada bolsa, envasada al vacío, nuestros clientes encuentran información detallada sobre el animal. La trazabilidad de cada pieza de carne es total.